Los vecinos ya no solo sueñan con fantasmas, sino con baches que aparecen en cada esquina. Dicen que el pluvial está tan embrujado que ni las autoridades se atreven a acercarse, quizá porque necesitan un ritual de invocación para hacerlo. En esta temporada de terror, las calles se convirtieron en el verdadero escenario del miedo… y los autos en sus principales víctimas.