Habitantes del Cañón del Padre en Tijuana denunciaron que la calle Nueva Esperanza, sin pavimentación desde hace años, se ha convertido en un riesgo constante para quienes necesitan salir a trabajar o llevar a sus hijos a la escuela. Cada temporada de lluvias, la vialidad se transforma en un lodazal que dificulta por completo el tránsito.