A su corta edad, 14 años, Chucho fue víctima del crimen organizado, pues fue reclutado y obligado para unirse a las filas del narco y realizar actos ilegales.

Hoy, Chucho junto a su familia huyeron de Michoacán con rumbo hacia Tijuana con la intención de pedir asilo humanitario en Estados Unidos.

Actualmente viven en un albergue a la espera de alguna respuesta por parte de las autoridades estadounidenses, pero teme por su vida.