El ponche navideño es más que una bebida: es una tradición con raíces prehispánicas, españolas y coloniales. Preparado con frutas, canela, piloncillo, caña y tejocote, ofrece un sabor único que calienta el alma y las fiestas. Familias destacan que sin caña y tejocote, el ponche no es ponche, e incluso algunos lo prefieren con un toque de tequila. Su preparación es sencilla y económica, convirtiéndolo en un imprescindible de las celebraciones decembrinas.