¿Conoces el “urbex”?: el arriesgado mundo de explorar lugares abandonados

Existe una práctica cada vez más popular en redes sociales que se conoce como urbex, abreviación de urban exploration o exploración urbana. Esta actividad consiste en ingresar, muchas veces sin permiso, a lugares abandonados o restringidos, como fábricas, hospitales, escuelas y túneles, con el objetivo de documentar lo que hay en su interior.

En plataformas como TikTok, Instagram o YouTube, el urbex ha ganado notoriedad gracias a videos y fotografías que muestran a personas adentrándose en sitios deteriorados, deshabitados o cerrados al público.

La comunidad que practica el urbex suele compartir una regla básica: “no robar, no romper, no revelar ubicaciones”, como forma de proteger estos espacios y evitar el vandalismo.

Sin embargo, algunos lugares explorados no están completamente abandonados y, en ocasiones, incluso se habla de que están embrujados, lo que añade un elemento de misterio y peligro a esta actividad. Por lo que se recomienda no hacer este tipo de actividades solo.

En 2023, dos jóvenes en Francia murieron al caer desde un edificio en ruinas mientras grababan contenido para redes sociales, un hecho que reavivó el debate sobre los límites y consecuencias del urbex.

En muchos casos, el urbex puede considerarse allanamiento de propiedad privada lo cual podría ser considerado ilegal.

Sin embargo, quienes lo practican defienden que su intención es documentar y preservar visualmente estos espacios antes de que desaparezcan.

En México, esta tendencia también ha tomado fuerza. Lugares como el Hotel Posada del Sol en la Ciudad de México o casonas antiguas en Guanajuato han atraído a exploradores urbanos tanto locales como extranjeros.

También hay un caso reciente donde se dio un siniestro descubrimiento en el Bosque de Chapultepec.