Durante el fin de semana del 25 y 26 de octubre de 2025, una severa tormenta eléctrica impactó el sureste de Queensland, Australia, provocando granizos del tamaño de pelotas de golf y ráfagas de viento que alcanzaron casi los 100 kilómetros por hora.

El fenómeno dejó caídas de cables, cortes de energía y daños estructurales en distintas zonas, mientras los equipos de emergencia trabajan en la reparación de los servicios afectados.