Una tragedia sin precedentes golpeó al sur de Brasil este viernes 7 de noviembre, cuando un tornado devastó la ciudad de Rio Bonito do Iguaçu, en el estado de Paraná, dejando al menos seis personas muertas y más de 430 heridas, según confirmaron las autoridades locales.
90% de las viviendas están destruidas tras paso del tornado
El fenómeno meteorológico impactó con vientos de hasta 250 km/h, provocando la destrucción total de viviendas, escuelas y comercios. Testimonios de los sobrevivientes describen momentos de terror: “Destruyó todo, la ciudad, las casas, los colegios...”, relató Roselei Dalcandon, una comerciante que perdió su negocio en segundos.
El gobierno de Paraná informó que dos personas continúan desaparecidas, mientras que nueve de los heridos permanecen graves. Más del 90% de la ciudad sufrió daños estructurales, y se estima que decenas de familias quedaron sin hogar.
Ante la magnitud del desastre, el estado decretó el “estado de calamidad pública” para movilizar recursos y acelerar la ayuda humanitaria. En la vecina Laranjeiras do Sul, se habilitó un refugio para los damnificados.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su solidaridad a las víctimas y confirmó el envío de ministros y expertos en desastres naturales a la zona afectada. “Mis condolencias a las familias que perdieron a sus seres queridos”, escribió el mandatario.
Imágenes aéreas muestran un panorama desolador, con calles cubiertas de escombros, techos arrancados y autos volcados. Según el Instituto Nacional de Meteorología, el tornado se formó por un ciclón extratropical, fenómeno que también afecta los estados de Santa Catarina y Rio Grande do Sul.
Las autoridades mantienen alertas por tormentas severas durante el fin de semana y piden a la población evitar desplazamientos innecesarios ante el riesgo de nuevos eventos extremos.
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