El volcán Kīlauea ha registrado 31 erupciones desde diciembre, reafirmando su condición como uno de los más activos del mundo. Este viernes, volvió a emitir una fuente de lava de aproximadamente 30 metros desde el cráter Halemaʻumaʻu. A pesar del espectáculo, la actividad se mantuvo contenida en el cráter y no representó peligro para viviendas, mientras miles de espectadores observaban en vivo desde el Parque Nacional Volcanoes y en transmisiones del USGS.
¿Qué implica que Kīlauea registre más de 30 erupciones desde diciembre?
El hecho de que Kīlauea registre más de 30 erupciones desde finales de 2024 demuestra una actividad volcánica persistente y cíclica, con episodios de fountaining controlados desde el cráter Halemaʻumaʻu.
Estas erupciones se caracterizan por intensos chorros de lava —algunos han superado los 300 metros en eventos anteriores— pese a que los más recientes alcanzaron unos 30 metros.
¿Cómo funciona el mecanismo eruptivo de Kīlauea?
El proceso se alimenta con magma que fluye hacia una cámara bajo el cráter, a un ritmo estimado de 3.8 m³ por segundo, reventando como una botella de champaña llena de gases cuando supera la presión. Este patrón ha persistido desde diciembre como parte de un mismo episodio eruptivo que alterna entre fases de actividad y pausas, similar a eventos históricos ocurridos en 1959, 1969 y entre 1983–2018.
Turismo, cultura y precauciones ante los más de 30 episodios eruptivos
El continuo desfilar de erupciones ha convertido al Parque Nacional en un destino privilegiado, con visitantes presenciales y miles siguiéndolo por livestreams del USGS. Para la comunidad hawaiana, estas erupciones son una manifestación de la diosa Pele, vinculadas a cantos tradicionales y percepciones sagradas del cráter Halemaʻumaʻu.
Sin embargo, las autoridades insisten en que los visitantes se mantengan en senderos señalizados, vigilen gases volcánicos, cenizas, ceniza fina (Pele’s hair) y posibles desprendimientos en zonas inestables.
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