Las calabazas no solo son protagonistas del otoño por su presencia en sopas, panes o postres, también es un alimento cargado de nutrientes que pueden contribuir al bienestar general. Expertos en nutrición destacan al menos cinco beneficios clave que la convierten en una gran aliada de la salud.
Los cinco beneficios de comer calabaza
En primer lugar, fortalece el sistema inmunitario, gracias a su aporte de vitaminas A y C, que ayudan a combatir infecciones, producir glóbulos blancos y cicatrizar heridas. Las semillas de calabaza, además, contienen zinc, un mineral esencial para la defensa del organismo.
Otro beneficio es la protección de la vista. Sus antioxidantes luteína y zeaxantina se asocian a una mejor agudeza visual y a la prevención de la degeneración macular, enfermedad que afecta principalmente a adultos mayores.
La calabaza también es buena para el corazón, ya que su potasio ayuda a regular la presión arterial, mientras que su fibra y antioxidantes reducen el colesterol “malo” y previenen el daño vascular.
Asimismo, su contenido de betacaroteno, vitaminas C y E favorece la producción de colágeno y protege la piel contra el daño solar, ayudando a mantenerla joven y flexible.
Por último, tanto la calabaza fresca como la enlatada ofrecen beneficios similares, siempre que esta última sea 100 % pura. Puede incorporarse fácilmente a batidos, avena o panes, convirtiéndose en un ingrediente práctico y nutritivo para todo el año.
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