Con la llegada del frío , regresan del clóset esos suéteres cómodos, cálidos y favoritos que todos amamos… hasta que llega el momento de lavarlos. Un mal movimiento puede hacer que se encojan, se estiren o pierdan su forma, convirtiendo una prenda perfecta en un desastre. Pero mantenerlos como nuevos es más fácil de lo que parece.
¿Cómo lavarlos correctamente?
Lo primero es revisar la etiqueta: algunos requieren lavado a mano, otros permiten ciclo delicado y unos pocos piden limpieza en seco.
Si puedes lavarlos a mano, hazlo. Usa agua fría o tibia, detergente para ropa delicada y mueve el suéter suavemente, sin frotar ni retorcer, para no dañar las fibras. Déjalo reposar unos minutos y enjuaga con agua fría.
Si usarás lavadora, colócalo en una bolsa de lavado, selecciona ciclo delicado o lana y evita suavizantes fuertes.
¿Cómo secarlos sin deformarlos?
El secado es clave. No exprimas ni retuerzas la prenda. En su lugar, presiónala suavemente y colócala sobre una toalla, en posición horizontal, hasta que pierda la humedad. Nunca la cuelgues: un suéter mojado se estira por su propio peso.
Manténlo lejos de fuentes de calor, ya que pueden encogerlo o endurecerlo. Guárdalos doblados y moldéalos con las manos si necesitan recuperar forma.
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