Las estrellas titilan debido a la atmósfera terrestre. A unos 10 kilómetros de altura, el aire en constante movimiento y los cambios de temperatura hacen que la luz de las estrellas se doble ligeramente al atravesar diferentes capas de aire. Este efecto óptico, conocido como centelleo estelar, provoca que las veamos brillar o parpadear, especialmente cuando se encuentran cerca del horizonte.