Así como existe la leyenda de la bailarina sin cabeza y el trailero de la rumorosa, existe una tenebrosa historia sobre la Gárgola de La Presa Abelardo L. Rodríguez, donde se aparece una figura humanoide con alas, la cual se aparece en las noches en La Presa.
Esta figura ha causado mucho terror entre los tijuanenses que han visto a la gárgola, pues afirman que la ven salir desde las compuertas.
Leyenda de la Gárgola de la Presa Abelardo L. Rodríguez
La Leyenda de la Gárgola de la Presa es una historia que se ha escuchado desde hace décadas en la ciudad, luego de que un joven que vivía a los alrededores de la Presa, tuviera el primer encuentro con la horrible figura.
Cuentan que este joven solía salir a correr muy temprano todas las mañanas, antes de que saliera la luz del sol, por lo que siempre estaba completamente oscuro.
Una madrugada que salió a correr, iba por la carretera de dos carriles para pasar de un lado a otro de la presa, según el joven, en esa ocasión iba corriendo cuando un extraño sonido le llamó la atención.
Se escuchaba como un suspiro denso, el cual creyó que venía desde las compuertas de la presa, así que volteó hacia arriba y ahí fue cuando vió una silueta negra.
Estaba completamente oscuro, así que creyó que se trataba de su imaginación, hasta que escuchó otro sonido y comenzó a distinguir cada vez más dicha silueta negra.
Se trataba de un monstruo que estaba abriendo gigantescas alas y con unas horribles garras, lo que dejó al joven en un estado de shock.
El monstruo abrió sus alas por completo y comenzó a tomar impulso para volar hacia el joven, quien afortunadamente reaccionó a tiempo y corrió lo más rápido que pudo, hasta alcanzar un camión.
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El joven contó su historia pero nadie parecía creerle mucho, así que con el tiempo se fue olvidando y nadie recordaba lo que había vivido.
Sin embargo, años después alguien más se encontró con la gárgola, cuando unos jóvenes estaban de fiesta en el vaso de la presa y comenzaron a escuchar extraños sonidos, lo que los obligó a apagar la música.
Una vez que la apagaron, escucharon el grito de una muchacha y al verla se encontraba paralizada con un dedo señalando a los matorrales y ahí pudieron ver una figura de 2 metros y que huyó velozmente del lugar.
Los jóvenes le contaron a la policía, quienes les dijeron que a cada rato llegaban personas y decían lo mismo, así que ya había tenido más avistamientos, por lo que fue apodada como “la gárgola de la presa”.
Hoy en día aseguran que la gárgola vive en las compuertas de la presa y se roba el ganado de las rancherías cercanas.
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