En el Panteón de Belén, en Guadalajara, se cuenta la leyenda de Nachito, un niño que falleció a causa de su fobia a la oscuridad. Desde entonces, su tumba ha sido centro de relatos paranormales: se dice que su cuerpo aparecía fuera del féretro cada noche, que se escuchan risas infantiles y que la neblina al caer la noche parece abrir una puerta al más allá.