¿Qué le pasa a tu cuerpo si tomas algo muy frío en pleno calor extremo?

Cuando el calor aprieta y el sol parece derretirnos, lo primero que muchos hacen es buscar una bebida bien helada para sentir alivio inmediato. Pero, ¿sabías que esa sensación refrescante puede jugarle una mala pasada a tu cuerpo en clima extremo?

Expertos en salud advierten que pasar del calor intenso a ingerir algo muy frío puede desencadenar una reacción física inesperada. Tu organismo tiene un plan para regular la temperatura interna, y cambios bruscos como estos pueden alterar ese equilibrio.

Tu cuerpo siempre está luchando por mantener una temperatura interna estable, usando mecanismos como sudoración, respiración y regulación del flujo sanguíneo.

Pero si tomas una bebida extremadamente fría en pleno calor, el sistema se resiste: los vasos sanguíneos se contraen para protegerse, lo que en realidad bloquea la salida del calor interno.

El resultado: sudoraciones repentinas, digestión lenta y síntomas como cansancio, malestar estomacal o mareo. Además, beber frío justo después de comer puede ralentizar la digestión, provocando molestias estomacales

No se trata solo de un mito popular. Organismos de salud recomiendan evitar bebidas muy heladas durante olas de calor porque pueden entorpecer la hidratación y dificultar que el cuerpo se enfríe de manera gradual y natural.

También se ha observado que beber líquidos templados o a temperatura ambiente ayuda más a mantener una hidratación eficiente, sin generar choques térmicos que compliquen la recuperación.

Para estar fresco y bien hidratado, lo ideal es elegir agua a temperatura ambiente o ligeramente fresca, no helada. Si sudas mucho, opta por bebidas con electrolitos o sueros orales. Frutas como sandía o melón, por su alto contenido de agua, también ayudan. Evita el alcohol, bebidas muy azucaradas o con cafeína, que solo te deshidratan más rápido.