Escocia atraviesa una tormenta de nieve imparable que ha provocado temperaturas gélidas de hasta -7 °C, acompañadas de intensas nevadas y fuertes vientos que afectan a gran parte del Reino Unido. De acuerdo con los expertos, el fenómeno invernal se extenderá a lo largo de 676 kilómetros, generando alertas por condiciones peligrosas en carreteras, interrupciones de movilidad y riesgos por congelamiento.