En distintos países, cada vez más personas aseguran haber recibido llamadas o mensajes del año 2100. voces distorsionadas, números imposibles y advertencias sobre un futuro desconocido, relatos que se repiten y que, aunque no cuentan con pruebas verificables, siguen viralizándose. La ciencia, sin embargo, es clara. La física teórica considera que enviar información al pasado requeriría formas de viaje temporal altamente improbables, sin evidencia real que las respalde.