Cuando las temperaturas se disparan, la deshidratación se convierte en un riesgo latente para personas de todas las edades. Comprender qué es y cómo identificarla a tiempo es crucial para prevenir complicaciones y disfrutar del verano de forma segura.
¿Qué es la deshidratación?
La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, alterando el equilibrio necesario para su correcto funcionamiento. El agua es esencial para regular la temperatura corporal, transportar nutrientes, eliminar desechos y lubricar articulaciones. Cuando este balance se rompe, el organismo comienza a fallar. El calor extremo, la actividad física intensa, la fiebre, la diarrea o los vómitos aceleran la pérdida de líquidos, incrementando el riesgo de deshidratación.
Estos son los síntomas que alerta tu cuerpo
Reconocer los síntomas de la deshidratación, incluso en sus etapas iniciales, es vital. Presta atención a estas señales:
- Sed intensa: Es el primer aviso, pero no siempre es confiable, especialmente en adultos mayores.
- Boca seca o pegajosa: Falta de saliva.
- Orina escasa y oscura: Un indicador clave de que los riñones están reteniendo líquidos.
- Fatiga y debilidad: El cuerpo lucha por funcionar correctamente.
- Mareos o aturdimiento: La presión arterial puede disminuir.
- Dolor de cabeza: Un síntoma común, incluso en deshidratación leve.
- Piel seca: Pierde elasticidad.
- Calambres musculares: Desequilibrio de electrolitos.
- En bebés y niños pequeños: Llanto sin lágrimas, pañales secos por horas, irritabilidad, ojos hundidos.
En casos graves, la deshidratación puede causar confusión, desmayos, latidos cardíacos rápidos e incluso shock, requiriendo atención médica urgente.
¿Cómo combatir la deshidratación?
La prevención es la mejor arma. Sigue estos consejos para mantenerte hidratado:
- Bebe agua regularmente: No esperes a tener sed. Lleva contigo una botella y recárgala constantemente.
- Aumenta la ingesta de líquidos en días calurosos o durante la actividad física: Las bebidas deportivas pueden ayudar a reponer electrolitos perdidos con el sudor, pero modera su consumo por su contenido de azúcar.
- Consume frutas y verduras con alto contenido de agua: Sandía, melón, pepino, fresas, etc.
- Evita el alcohol y las bebidas azucaradas: Pueden tener un efecto diurético, empeorando la deshidratación.
- Vístete con ropa ligera y transpirable: Facilita la evaporación del sudor.
- Permanece en lugares frescos: Busca sombra o aire acondicionado en las horas más calurosas.
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