Las extremas condiciones climáticas registradas en China han provocado que amplias zonas de la Muralla China queden completamente congeladas, convirtiéndola en una peligrosa pista de hielo.
Las temperaturas bajo cero han cubierto el suelo con una gruesa capa de hielo, haciendo que caminar por el histórico sitio sea más difícil y riesgoso de lo habitual.