Muere atrapado boca abajo durante 27 horas en cueva: La trágica historia de John Edward Jones

Si existe un caso que quedó marcado como una advertencia para los exploradores, es el de John Edward Jones, un joven estudiante de medicina que en noviembre de 2009 ingresó a la cueva Nutty Putty, en el sureste de Utah, sin imaginar que ese recorrido sería su última aventura.

Durante la excursión, Jones intentó atravesar un estrecho pasaje conocido por sus peligrosas dimensiones y, tras avanzar, quedó atrapado boca abajo en un ángulo de 70 grados, incapaz de moverse.

Jones, acompañado por su hermano Josh y otros nueve amigos, intentó pasar por un espacio de apenas 25 centímetros de ancho por 45 de alto, una zona poco explorada conocida como “Bob’s Push”.

Y al quedar atorado, su hermano trató de ayudarlo, pero accidentalmente lo deslizó aún más hacia abajo, dejándolo totalmente inmovilizado.

Durante las siguientes 27 horas, equipos de rescate trabajaron sin descanso entre cuerdas, poleas y maniobras extremadamente complejas debido a la posición invertida del joven y la estrechez del túnel.

A pesar de sus esfuerzos, Jones sufrió un paro cardíaco provocado por la tensión extrema y la dificultad para respirar al permanecer tanto tiempo cabeza abajo.

Sus últimas palabras, registradas por los rescatistas, reflejaban la desesperación al estar atrapado: “Gracias por venir… pero realmente quiero salir”

Tras su muerte, autoridades determinaron que era imposible recuperar el cuerpo sin poner en riesgo más vidas, por lo que la cueva Nutty Putty fue sellada permanentemente, convirtiéndose en la tumba final de John Edward Jones.

A casi 16 años de la tragedia, su historia continúa siendo una advertencia para los exploradores y uno de los casos más impactantes en el mundo de la espeleología.