Este verano de 2024, en un patio de Milán, una madre de 38 años encendió su coche sin percatarse de su bebé de 18 meses cerca de él. En un trágico accidente, la rueda delantera izquierda le aplastó la cabeza, ocasionándole lesiones severas e irreversibles —diagnosticadas en el Hospital Pediátrico Papa Giovanni XXIII— que lo marcaron para toda la vida.
En paralelo a la tragedia médica, surgió un intenso debate legal. El fiscal Paolo Storari ha solicitado que no se procese penalmente a la mujer, argumentando que ya sufre una “cadena perpetua sin fin” de culpa y dolor, lo que califica como un castigo natural que hace innecesaria una pena judicial.
¿Qué pasó aquel 4 de julio de 2024?
El incidente ocurrió dentro de un patio residencial cuando la mujer activó el vehículo sin ver al pequeño. El coche avanzó y una rueda lo golpeó en la cabeza, lo que causó una discapacidad severa y permanente confirmada por expertos médicos durante la hospitalización.
Tras vencer la emergencia, la Fiscalía presentó una petición inusual: archivar el proceso judicial sin juicio, considerando que una condena criminal sería “contraria al sentido de humanidad” y redundante frente al sufrimiento que ya padece la madre.
¿Por qué la Fiscalía no la quiere condenar?
El fiscal Storari argumenta que el derecho penal no aporta beneficio a la madre ni a la comunidad en este caso. Planteó tres alternativas: suspensión de pena con acuerdo judicial; aplicación del artículo 131 bis para hechos triviales (aunque excluye lesiones graves); o recurrir al Tribunal Constitucional para definir la punibilidad potencial. El objetivo es evitar la “duplicación de la pena” y anteponer la humanidad del sistema judicial.
El juicio, entre justicia y humanidad
La reclasificación del caso recae ahora en el juez de instrucción, quien evaluará la posibilidad de excluir la punibilidad a la madre. De aceptarse la tesis fiscal, se sentaría un precedente relevante en el sistema penal italiano acerca del rol de la “pena natural” frente al castigo jurídico.
La historia de esta madre milanesa plantea una pregunta profunda: ¿cuánto castigo es demasiado cuando el daño ya es irreversible? En este contexto, la fiscalía apela a un enfoque humano más que retributivo, argumentando que, en ocasiones, la justicia debe comprender el dolor tanto como sancionar el error.
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