Uno de los bulevares más emblemáticos y concurridos de Tijuana debe su nombre a un fenómeno natural que marcó los inicios de la ciudad: manantiales de agua caliente, considerados por locales y extranjeros como lugares curativos. Hoy, casi olvidados, estos manantiales sobreviven en la historia… y en el nombre del bulevar Agua Caliente.
Los manantiales de Agua Caliente
A finales del siglo 19, Tijuana era reconocida por sus manantiales naturales de aguas termales, ubicados en lo que hoy se conoce como la colonia Agua Caliente.
De acuerdo con una nota periodística publicada el 29 de abril de 2001 por el periodista José Gabriel Rivera Delgado, los nómadas de la región vivían por temporadas en los manantiales de agua caliente.
Estas fuentes brotaban de forma natural a temperaturas elevadas y se convirtieron en un atractivo para locales y turistas, especialmente aquellos que viajaban desde el sur de California.
En el libro “Historia de Tijuana: Edición Conmemorativa del Centenario de su Fundación”, se menciona que los manantiales se encontraban a unos tres kilómetros al suroeste de la frontera con Estados Unidos. En su momento, eran conocidos por propiedades curativas, principalmente para aliviar enfermedades reumáticas y artríticas.
¿Cómo llegaban los turistas a las aguas termales?
Según información recuperada del Archivo Histórico de Tijuana, consultado el 8 de julio de 2025, los visitantes solían trasladarse desde San Diego en carruajes o trenes que los llevaban directamente al Hotel Hidalgo, ubicado junto a los manantiales conocidos por extranjeros como “Hot Springs”. El viaje tenía un costo de uno o dos dólares, dependiendo del medio de transporte.
En el libro “Historia de Tijuana: Edición Conmemorativa del Centenario de su Fundación”, se detalla que los trenes partían en dos horarios diarios: a las 11:50 a.m. y a las 3:50 p.m., facilitando así la llegada de turistas al sitio termal.
¿Qué pasó con los manantiales?
Con el paso del tiempo y el crecimiento urbano, los manantiales desaparecieron del paisaje. Según el Archivo Histórico de Tijuana, el predio donde se encontraban las aguas termales y el Hotel Hidalgo formaba parte del Rancho Tijuana, específicamente en su zona sur, fuera de los límites de urbanización de lo que sería el pueblo de Zaragoza.
Posteriormente, estas tierras fueron vendidas a inversionistas extranjeros que desarrollaron un complejo turístico más ambicioso.
“La venta del predio, donde se localizaban las aguas termales y el Hotel Hidalgo por parte de los ‘Argüello del Sur’ y la venta de otra propiedad en la misma parte del rancho, fue uno de los resquicios que usaría la ICSA para reclamar la propiedad del poblado de Tijuana entre las décadas de 1950 y 1970”. De acuerdo con información del Archivo Histórico de Tijuana.
Hoy en día, ya no existen pruebas visibles de los manantiales, pero su historia permanece viva en la memoria de la ciudad.
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