La prosopagnosia afecta cómo el cerebro procesa las caras. Quien la padece puede ver ojos, nariz y boca, pero no logra unirlos en una sola imagen, por lo que identificar personas se vuelve un reto diario. Para compensar, se observan detalles cómo peinados, voces o forma de caminar.

Se calcula que una de cada 50 personas tiene algún grado de esta condición, muchas sin saberlo. Existen dos tipos:

  1. La adquirida por lesiones cerebrales.
  2. La de desarrollo presente desde el nacimiento.