La creciente preocupación por el efecto del consumo excesivo de videos cortos ha popularizado el término “podredumbre cerebral” o Brain rot, elegido como Palabra del Año 2024 debido a su relevancia global. Este concepto se refiere al posible deterioro mental y cognitivo asociado al uso compulsivo de plataformas como TikTok, Instagram Reels y YouTube Shorts.
Estudio respalda que los videos cortos tienen un efecto en los humanos
Para comprender el fenómeno, un reciente metaanálisis publicado por la American Psychological Association (APA) analizó cómo estos contenidos influyen en la atención, control de impulsos y salud emocional. Los resultados confirman que los feeds infinitos están modificando la forma en que el cerebro procesa estímulos, especialmente en jóvenes y adultos.
Uno de los hallazgos más importantes señala que ver videos de manera continua debilita la capacidad de concentración, ya que el cerebro se acostumbra a cambiar de estímulo de forma inmediata. Además, el diseño de estas plataformas fomenta la gratificación instantánea, reforzando conductas impulsivas mediante el sistema de dopamina, lo cual incrementa el riesgo de desarrollar un uso adictivo y compulsivo.
El estudio también advierte que el tiempo dedicado a estos videos puede sustituir actividades esenciales como la interacción social, el ejercicio o el descanso, generando agotamiento mental y una percepción distorsionada de la realidad. Esto repercute en la salud emocional, provocando asociaciones con estrés, ansiedad, depresión, soledad y mala calidad del sueño, especialmente cuando se consumen contenidos antes de dormir.
Sin embargo, los investigadores aclaran que el problema no depende únicamente del tiempo frente a la pantalla, sino del patrón de uso. La manera en que se interactúa con la plataforma, por ejemplo, la búsqueda constante de recompensas rápidas es lo que determina efectos más severos.
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