Los huracanes son fenómenos meteorológicos de una escala y poder devastadores. Sus vientos extremos pueden derribar árboles, volar techos, destruir edificios y causar daños estructurales masivos.
Las lluvias torrenciales que los acompañan provocan inundaciones repentinas y prolongadas, arrastrando todo a su paso y contaminando fuentes de agua. Esta capacidad de destruir el entorno físico, los hogares y las propiedades es una fuente primaria de miedo.
A lo largo de la historia humana, se han registrado huracanes que han acabado casi por completo con comunidades. Aquí algunos datos.
Datos que no todos conocen sobre los huracanes
El ojo del huracán es un silencio que engaña: El ojo de un huracán es una de las características más fascinantes y engañosas de estos poderosos fenómenos naturales. Es el centro mismo del ciclón tropical, una región que contrasta drásticamente con la furia que la rodea.
Registros de los que pocos hablan del huracán Katrina: Cuándo el huracán Katrina azotó Nueva Orleans, cuerpos flotaron durante días y algunas víctimas nunca fueron reclamados, mientras que otros nunca fueron encontrados.
Los tamaños de los huracanes pueden ser devastadores: Hay huracanes tan violentos que han modificado la rotación de la Tierra. El planeta se ha tambaleado por la furia del mar.
La velocidad de los huracanes son uno de los elementos más mortíferos: El huracán Patricia fue tan rápido que podía arrancar la piel, el desastre natural tenía una velocidad de 345 km/h, es decir, si estaba afuera, no sobrevives.
La lluvia que provocan los huracanes: Algunos huracanes generan lluvias puntuales que vulneran la piel.
La destrucción que puede alcanzar un huracán: La formación de algunos huracanes son capaces de cubrir todo el continente de Europa y sumergirlo.
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