¿Sabías que la música puede cambiar el sabor de tu comida?
La música actúa como condimento sonoro: notas agudas intensifican lo dulce, tonos graves realzan lo amargo. Ritmo, volumen e instrumento también influyen.
La música puede alterar cómo percibimos los sabores: notas agudas hacen que los alimentos sepan más dulces, mientras que los tonos graves potencian la amargura. También influyen ritmo, volumen e instrumento, modulando la experiencia gustativa.