La Navidad es famosa por sus cenas familiares, compras frenéticas y reuniones que parecen maratones sociales… pero no todos sienten que ese plan es para ellos. Mientras unos viven con emoción cada villancico y abrazo navideño, hay quienes prefieren pasar el 25 de diciembre en calma, lejos del ruido y las expectativas de las fiestas.
¿Por qué hay personas que prefieren estar solos en Navidad?
Para muchas personas, el ajetreo de compromisos, socialización constante y presión por “estar felices” puede sentirse más como una carga que una celebración. La Navidad amplifica el ideal de unión y alegría, lo que puede hacer que quienes no conectan con ese guión se sientan abrumados o incluso comparen su realidad con lo que ven en las redes o en películas, intensificando emociones mezcladas de nostalgia o desconexión.
Además, hay quienes simplemente disfrutan su propia compañía y aprovechan la fecha para recargar energías , descansar o dedicarse a actividades que les gustan sin tener que ajustarse a las expectativas sociales. Pasar el día solo puede ser tan liberador como pasarla con otros, y para muchos es una manera de honrar sus propios ritmos y valores en lugar de seguir tradiciones impuestas.
También está la realidad de quienes han vivido pérdidas, tensiones familiares o experiencias que convierten estas fechas en momentos emocionalmente intensos.
En estos casos, elegir la tranquilidad y evitar grandes reuniones no es rechazo sino una estrategia para manejar sus sentimientos y proteger su bienestar mental durante una temporada que, para algunos, puede ser más desafiante que alegre.
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