Un vuelo que cubría la ruta Los Ángeles-Denver vivió momentos de pánico y tensión cuando su parabrisas se rompió a 11 mil metros de altura, obligando a la tripulación a realizar un aterrizaje de emergencia en Salt Lake City.
El incidente solo registró heridos de bajo riesgo
El vuelo 1093 transportaba a 134 pasajeros y seis miembros de la tripulación. Durante el incidente, el piloto sufrió cortes en su brazo, mientras que el parabrisas del lado izquierdo del capitán quedó astillado, con vidrio disperso sobre la consola central de la aeronave. Afortunadamente, la cabina no se despresurizó, lo que ayudó a prevenir un accidente mayor.
Las primeras investigaciones sugieren que el impacto podría haber sido causado por un objeto metálico o “basura espacial”, aunque la FAA considera esta posibilidad extremadamente remota, con una probabilidad de menos de una entre un billón. Otras hipótesis incluyen un globo meteorológico o incluso granizo, aunque este último es poco probable a esa altitud.
El caso ha sido analizado por NTSB
El caso está siendo analizado por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB), que busca determinar con exactitud qué provocó el daño y evaluar por qué el parabrisas no resistió el impacto, representando un riesgo significativo para las personas a bordo.
Señalamientos contra alcaldesa de San Quintín por lujo y viajes pese a discurso de austeridad de Morena












