En Tijuana ocurre lo imposible: los socavones desaparecen de un día a otro. Un día los vecinos vieron un hoyo gigante en la calle y, al siguiente, un montículo de tierra ocupaba su lugar. ¿Será esta la tan esperada reparación? Probablemente no dure hasta las lluvias, pero al menos por un rato, la magia urbana funciona… o eso parece.