Taposiris Magna, situada a 45 kilómetros al oeste de Alejandría y fundada por Ptolomeo II entre los años 280 y 270 a.C., vuelve a captar la atención mundial gracias a las excavaciones dirigidas por la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez, en colaboración con Robert Ballard, el Ocean Exploration Trust y la Administración General de Antigüedades Sumergidas de Egipto.
Un hallazgo que reescribe la historia
Desde 2002, Martínez ha trabajado en esta zona en busca de la tumba perdida de Cleopatra VII. Sus más recientes hallazgos incluyen un antiguo puerto interior sumergido a doce metros bajo el Mediterráneo, conformado por edificios de piedra de más de seis metros, columnas, bloques de hormigón, anclas y ánforas ptolemaicas.
El descubrimiento sugiere que Taposiris Magna fue no solo un centro religioso dedicado a Osiris, sino también un activo núcleo comercial conectado con Alejandría y el lago Mareotis.
El túnel secreto del templo
Lo más llamativo es la identificación de un túnel subterráneo que enlazaba el templo con el mar, reforzando la hipótesis de Martínez sobre la intensa actividad marítima en el sitio. En la zona denominada Salam 5, los buceadores documentaron nuevas evidencias que podrían acercar a la investigadora a su objetivo: localizar la tumba de Cleopatra, aunque no todos los egiptólogos comparten esa visión.
Las autoridades egipcias destacaron la relevancia del hallazgo. Para Mohamed Ismail Khalid, Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades, se trata de un aporte significativo a la arqueología subacuática egipcia, ya que las fuentes antiguas nunca mencionaron este puerto.
Martínez, por su parte, asegura que este descubrimiento abre “un capítulo completamente nuevo” en la historia de Taposiris Magna.
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