Operan a niña de 10 años para extraerle una bola de cabello de 283 g del estómago

Una niña de 10 años en Pune fue operada para extraer una bola de pelo de 283 g en su estómago, debido al raro Síndrome de Rapunzel, ¿qué fue lo que pasó?

Operan a niña de 10 años para extraerle una bola de pelo de 283 g del estómago
|Créditos: unsplash
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Una niña de 10 años en Pune, India, fue sometida recientemente a una cirugía de emergencia para extraerle una masa de pelo que pesaba aproximadamente 283 gramos de su estómago, en un caso del poco frecuente Síndrome de Rapunzel.

Operan a niña para extraerle una bola de cabello

La menor ingresó al hospital el pasado 8 de octubre tras padecer durante casi diez meses intensos dolores abdominales sin mejoría. A su ingreso, el equipo médico —liderado por el cirujano pediátrico Kalpesh Patil— identificó una masa dura en la parte superior de su abdomen.

En una intervención quirúrgica de urgencia que duró dos horas y media, los especialistas consiguieron extraer la enorme bola de pelo. El hallazgo fue aún más inusual porque la masa no sólo ocupaba el estómago, sino que se extendía hasta la vesícula biliar, algo muy poco común incluso en casos de este trastorno.

Luego de la cirugía, la niña permaneció en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Una semana después, tras descartarse fugas en el tracto digestivo, se le permitió comenzar a ingerir alimentos. También fue reportado que expulsó restos de hilo y cabellos en sus heces, lo cual indicaba que su sistema digestivo comenzaba a recuperarse. Finalmente, fue dada de alta el 29 de octubre, en buen estado y tolerando la alimentación oral.

El síndrome de Rapunzel combina dos trastornos: la Tricotilomanía (impulso de arrancarse el propio cabello) y la Tricofagia (ingestión de ese cabello). Esa conducta puede llevar a que el pelo ingerido —que no puede digerirse— se acumule y forme lo que se conoce como un tricotri(bezoar) con una “cola” que puede alargarse hacia el intestino.

Según la literatura médica, este trastorno es extremadamente raro: desde su clasificación en 1968 se han documentado menos de cien casos en el mundo.

Los especialistas advierten que, sin una detección y tratamiento adecuados, el síndrome puede derivar en obstrucciones intestinales graves, infecciones, úlceras e incluso poner en riesgo la vida de quien lo padece.

Por ello, además de la cirugía, la recomendación para la niña incluye una evaluación psiquiátrica para abordar posibles trastornos de ansiedad, depresión u obsesivo‑compulsivos, que suelen acompañar este cuadro clínico. En palabras del doctor Patil: “La cirugía por sí sola no garantiza la recuperación total; es esencial el acompañamiento psicológico y la detección temprana”.

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