La playa de Tijuana fue catalogada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) como no apta para uso recreativo, debido a niveles extremadamente elevados de bacterias fecales, que superan los 200 NMP de enterococos por cada 100 mililitros de agua. Esta advertencia se da justo al inicio de la temporada vacacional de verano.
Contaminación persiste pese a monitoreo oficial
Esta situación no es nueva. En años recientes, Cofepris ha incluido varias playas de Tijuana, Rosarito y Ensenada en su reporte de Playas Limpias con altos niveles de contaminación. Sin embargo, actualmente solo la playa de Tijuana figura como no recomendable para ingresar al mar.
Desde que este problema se intensificó, organizaciones ambientalistas como Costa Salvaje han denunciado que la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) permite el vertido de aguas residuales sin tratar en playas como San Antonio del Mar y Playa Blanca, provenientes de la planta de tratamiento en Punta Bandera.
Aunque la CESPT afirma mantener monitoreo constante desde inicios de año, los residentes de zonas como Real del Mar continúan reportando olores desagradables procedentes del mar.
Según la Secretaría de Salud, las bacterias fecales en el agua pueden provocar infecciones gastrointestinales, dérmicas y otros padecimientos entre visitantes y habitantes.
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