A lo largo de la historia, los rayos globulares han sido descritos como esferas luminosas que aparecen durante tormentas eléctricas. Pueden medir desde el tamaño de una pelota hasta el de un coche, y aunque la ciencia moderna los estudia con interés, todavía no existe una explicación definitiva sobre cómo se forman o por qué se comportan de manera tan impredecible.