La justicia ha dictado su veredicto. Este miércoles 23 de julio, Bryan Kohberger, el hombre acusado de quitarle la vida a cuatro estudiantes universitarios en noviembre de 2022, fue sentenciado a cuatro cadenas perpetuas.
La decisión se tomó en una audiencia en el condado de Ada, Idaho, donde estuvieron presentes los padres del condenado, así como los familiares y amigos de las víctimas, cuyo dolor se hizo palpable al expresar el impacto de la tragedia. Según reportes locales, Kohberger no mostró ninguna reacción durante la lectura de su sentencia.
¿Quiénes fueron las víctimas?
A principios de julio, Kohberger se declaró culpable como parte de un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte. Las familias de Ethan Chapin (20), Kaylee Goncalves (21), Xana Kernodle (20) y Madison Mogen (21) estuvieron presentes, junto a las dos sobrevivientes que, aunque ilesas físicamente, han sufrido un profundo trauma desde aquella noche.
Los brutales asesinatos ocurrieron en la madrugada del 13 de noviembre de 2022, dentro de una casa ubicada en una zona predominantemente estudiantil, a pocas cuadras del campus.
La investigación reveló que no hubo señales de entrada forzada, lo que llevó a especular que la puerta principal pudo haber estado abierta. Las autoridades también señalaron que la escena no indicaba que las víctimas estuvieran durmiendo al momento del ataque, sugiriendo un acto rápido y violento.
Se sabe que Ethan y Xana habían estado en una fiesta en el campus, mientras que Madison y Kaylee fueron vistas en un bar del centro, todos regresando a casa alrededor de la 1:45 de la madrugada. Se estima que los crímenes ocurrieron poco después.
El caso atrajo la atención nacional y la asistencia del FBI, que asignó a más de 25 agentes. Bryan Christopher Kohberger, un estudiante de doctorado en justicia criminal de la Universidad Estatal de Washington (a solo 15 minutos del lugar del crimen), fue detenido el 30 de diciembre.
Sus compañeros lo describieron como reservado y, curiosamente, más animado tras los asesinatos. Aunque Kohberger aceptó su culpabilidad, se ha negado a revelar el móvil, dejando la razón detrás de estos atroces crímenes en un velo de misterio.
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