El tráfico ilegal de armas sigue siendo uno de los principales motores de la violencia en Baja California, particularmente en municipios como Tijuana, Ensenada y Tecate.
La estrategia estatal ha resultado insuficiente. La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California, encabezada por Laureano Carrillo, ha implementado campañas como “Sí al desarme, sí a la paz”, ofreciendo hasta 20 mil pesos a ciudadanos que entreguen armas. Sin embargo, estas medidas parecieran simbólicas frente al poder armamentista de los cárteles que operan en la región.
Mientras tanto, la presencia de armamento de guerra en manos del crimen organizado mantiene a la población de Baja California en un constante estado de vulnerabilidad, evidenciando que el tráfico de armas no solo es un problema binacional, sino también una responsabilidad directa del gobierno estatal.
Sismos, polémicos acuerdos y la partida de grandes del espectáculo: Aquí te traemos el RESUMEN SEMANAL con Alejandra Camarena