¿Tienes problemas de presión y tomas refresco con regularidad? Este es el impacto que tiene

Conoce el impacto que tiene el consumo de refrescos en la presión arterial y otros datos importante en este tema salud.

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En medio de la búsqueda constante de remedios rápidos para diversas dolencias, una pregunta curiosa emerge ocasionalmente: ¿puede el consumo de refresco ayudar a regular la presión arterial? Esta creencia popular, aunque extendida en algunos círculos, carece de fundamento científico sólido y, en la mayoría de los casos, puede resultar contraproducente para la salud cardiovascular. Analicemos qué se sabe realmente sobre la relación entre los refrescos y la presión arterial.

¿Los refrescos tienen un impacto negativo en la presión arterial?

Contrario a la idea de que los refrescos puedan regular la presión, la evidencia científica apunta mayoritariamente a un efecto perjudicial, especialmente en el caso de las bebidas azucaradas. La alta concentración de azúcares añadidos en muchos refrescos puede desencadenar una serie de mecanismos que contribuyen al aumento de la presión arterial.

El consumo excesivo de azúcar se ha vinculado con la obesidad y el aumento de peso, factores de riesgo conocidos para la hipertensión. Además, la ingesta elevada de fructosa, un tipo de azúcar común en los refrescos, puede afectar negativamente los vasos sanguíneos y promover la retención de sodio, lo que a su vez eleva la presión arterial.

Estudios han demostrado consistentemente una asociación entre el consumo regular de refrescos azucarados y un mayor riesgo de desarrollar hipertensión. Incluso las versiones “dietéticas” o sin azúcar, aunque no contienen los mismos niveles de glucosa, podrían tener efectos adversos en la presión arterial debido a los edulcorantes artificiales y otros aditivos presentes en su composición.

¿Hay alguna excepción?

Si bien la regla general es que los refrescos no ayudan a regular la presión y, de hecho, pueden elevarla, podría haber situaciones muy específicas donde un ligero aumento en el azúcar en sangre, proporcionado por un refresco azucarado, podría tener un efecto temporal en personas con presión arterial anormalmente baja (hipotensión). Sin embargo, esta no es una forma saludable ni recomendada de regular la presión arterial baja, y siempre debe hacerse bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Para las personas con presión arterial alta, no existe ningún beneficio conocido al consumir refrescos. Al contrario, como se mencionó anteriormente, su ingesta regular puede exacerbar el problema y aumentar el riesgo de complicaciones cardiovasculares a largo plazo.

En conclusión, la idea de que tomar refresco ayuda a regular la presión arterial es un mito sin base científica sólida. La evidencia sugiere que, especialmente los refrescos azucarados, tienden a elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de hipertensión. Para mantener una presión arterial saludable, se recomienda seguir una dieta equilibrada, baja en azúcares y sodio, realizar actividad física regularmente y seguir las indicaciones de un médico.

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