Los daños del huracán Otis en Acapulco fueron extremos...pero la falta de un estado de derecho y seguridad golpean con una misma fuerza a los ciudadanos guerrerenses que se han visto completamente afectados.
No solo perdieron su patrimonio que con años fueron construyendo, perdieron todas sus memorias y la estabilidad emocional y económica.
Además de sus bienes materiales, necesitan agua y comida que con los saqueos carreteros se les ha impedido que la ayuda llegue a todos los damnificados.