La mala reputación de los gatos negros no surgió por casualidad. Su asociación con lo maligno tiene raíces profundas en la historia de Europa, remontándose al siglo 13.
Este es el oscuro origen de la mala fama de los gatos negros
En 1233, el papa Gregorio IX emitió un documento llamado Vox in Rama, donde vinculó a los gatos negros con el mismísimo Satanás. Desde entonces, la Iglesia y gran parte de la sociedad medieval comenzaron a considerarlos criaturas diabólicas.
El texto papal describía rituales satánicos en los que supuestamente los fieles adoraban a un gato negro, lo que alimentó la paranoia y justificó masacres masivas de felinos en toda Europa. Muchos fueron cazados, torturados y quemados vivos bajo el argumento de “purificación religiosa”.
Se cree que el propio Gregorio IX sentía aversión hacia los gatos, especialmente los de color negro, y que esta repulsión influyó en su decisión de condenarlos.
Aunque no lo creas, en pleno siglo XXI aún hay gente que piensa que los gatos negros son de mala suerte e incluso los siguen asociando con brujas. ¿Puedes creerlo? Los gatos negros son lo mejor y pueden ser tan tiernos y cariñosos como cualquier otro animal. pic.twitter.com/PaYmXC2NXn
— Toni (@tonideltoro71) April 1, 2022
El exterminio se extendió por siglos, hasta el 1700, y tuvo consecuencias inesperadas, ya que, al eliminar a sus principales depredadores, la población de ratas se disparó, favoreciendo la propagación de enfermedades como la peste negra.
Hoy, aunque la superstición ha disminuido, todavía persisten prejuicios hacia estos animales, sobre todo durante octubre y en fechas cercanas al Halloween, cuando muchos refugios evitan darlos en adopción por temor a rituales o maltratos.
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