La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) advirtió que entre el 6 y 7 de noviembre la Tierra será impactada por una tormenta geomagnética de categoría G3, considerada “fuerte”, aunque sin riesgo directo para la vida humana.
¿Qué sabemos sobre esta tormenta solar?
Según los observatorios solares, en las últimas 24 horas se registró la expulsión de varias eyecciones de masa coronal (CME), es decir, nubes de plasma cargado que viajan a gran velocidad desde el Sol hacia la Tierra. Estas partículas podrían chocar con la magnetosfera terrestre, generando auroras visibles en latitudes medias, interferencias en los sistemas de navegación, fallos en satélites y fluctuaciones eléctricas en algunas ciudades.
La NOAA explicó que “el potencial existe para alcanzar niveles de tormenta fuerte”, dependiendo de la orientación del campo magnético solar. Los efectos se confirmaron cuando las partículas llegaron al punto L1, la zona de equilibrio gravitacional entre el Sol y la Tierra.
¿Cómo se originan las tormentas geomagnéticas?
Las tormentas geomagnéticas se originan dentro de las manchas solares, regiones más oscuras y frías donde los campos magnéticos se entrelazan hasta liberar enormes cantidades de energía. Cuando estas nubes de plasma alcanzan el planeta, interactúan con su campo magnético, produciendo las características auroras boreales y australes.
Los científicos clasifican estos fenómenos del nivel G1 al G5, siendo G5 el más extremo. En este caso, una tormenta G3 puede causar alteraciones tecnológicas, pero no representa peligro para los seres humanos gracias a la protección del campo magnético y la atmósfera terrestre.
El evento, aunque moderado, podría ofrecer un espectáculo luminoso sin precedentes para los observadores del cielo en regiones del norte y sur del planeta.
En Tijuana, un hombre intentó herir a su madre con un arma blanca en Camino Verde













