El aumento en las tarifas del transporte público en Baja California que desde el 1 de enero de este año se ejecutó, sigue golpeando el bolsillo de todos los bajacalifornianos, principalmente para quienes deben utilizar hasta tres o cuatro al día.
El pasaje general pasó de 15 a 15.50 pesos para quienes usan medios electrónicos y hasta 20 pesos en efectivo como ocurrió en el corredor Agua Caliente. Esta situación terminó afectando especialmente a quienes no cuentan con tarjetas de prepago o acceso a plataformas digitales.
En ciudades como Tijuana y Ensenada, los usuarios han denunciado cobros por encima de lo autorizado, con choferes que exigen 16, 18 o hasta 20 pesos por viaje, pese a no existir claridad en la regulación de dichas tarifas.
El Instituto de Movilidad Sustentable de Baja California (IMOS) a cargo de Jorge Alberto Gutiérrez,es la dependencia encargada de regular el sistema de transporte, pero justificó la medida como parte de un programa de modernización que promueve el pago electrónico.
Sin embargo, colectivos ciudadanos y usuarios señalan que el aumento fue implementado sin consulta pública, afectando a sectores vulnerables como estudiantes, personas mayores y trabajadores informales.
La ciudadanía continúa absorbiendo el impacto económico de una decisión que, lejos de aliviar la carga del transporte diario, la encarece sin ofrecer mejoras tangibles.
Ataque armado contra chofer de transporte público