En junio de 2023, una expedición científica al océano Pacífico recuperó los restos del meteoro IM1, el primero catalogado como interestelar en el registro de bólidos de la NASA. El objeto impactó en la atmósfera terrestre en enero de 2014, y su velocidad de más de 45 km por segundo llevó a los investigadores a confirmar su origen fuera del sistema solar.
¿Qué sabemos sobre esta misión?
Durante la misión se recolectaron unas 850 esférulas metálicas del fondo marino, las cuales fueron enviadas al laboratorio de geoquímica de la Universidad de Harvard. Aproximadamente un 10% de estas partículas presentó una composición extraordinaria con altos niveles de berilio, lantano y uranio.
Este grupo fue clasificado como esférulas BeLaU, debido a la inusual abundancia de elementos que no coinciden con ningún material terrestre o solar conocido.
Aunque algunos escépticos sugirieron que podrían ser ceniza de carbón o tectitas australasiáticas, análisis posteriores demostraron claras diferencias químicas. Investigadores como la doctora Eugenia Hyung confirmaron que las tectitas, al compararse con las muestras BeLaU, muestran una composición propia de la corteza continental terrestre, descartando esa hipótesis.
El hallazgo en el Pacífico no solo será parte de un documental de Netflix, sino que también inspirará un libro en 2026, abriendo nuevas preguntas sobre la posibilidad de material interestelar en nuestro planeta.
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