A 11 metros y 22,9 centímetros de altura, tan imponente como un poste telefónico, “Trébol” fue reconocido por Guinness World Records como el girasol más alto jamás registrado. Su cultivador, Alex Babich, inmigrante ucraniano de 47 años, lo considera más que una planta: es un símbolo de sus raíces y de esperanza para el futuro.
La historia de un inmigrante ucraniano que hizo historia con un girasol
Babich emigró a Estados Unidos en 1991, tras el desastre de Chernóbil. Desde hace siete años cultiva girasoles en su patio trasero como homenaje a su tierra natal. El primero alcanzó apenas 4 metros, pero tras años de pruebas y cuidados logró esta hazaña, acompañado de su hijo de 10 años, quien bautizó la flor y le colocó tréboles de cuatro hojas como amuleto.
El día de la medición, el 3 de septiembre, más de 80 personas se reunieron para presenciar el récord, entre expertos, autoridades locales y hasta la mascota de un equipo de hockey. Con ayuda de una plataforma, verificaron que la flor superaba en 1,5 metros al récord anterior, logrado en Alemania.
El girasol Trébol tiene un significado más profundo
El girasol, flor nacional de Ucrania y emblema de paz, se ha convertido también en un símbolo de solidaridad desde la invasión rusa en 2022. Para Babich, “Trébol” no solo es un logro de la jardinería, sino un mensaje de esperanza: “Moriré algún día, pero las historias de esta flor perdurarán”.
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